¿De deportes o de inglés?, ¿cerca de casa o en la naturaleza?, ¿estará preparado para dormir fuera? Cuando nuestro hijo se va de campamento de verano, sobre todo si es la primera vez, nos asaltan mil dudas. Te ayudamos a resolverlas para que tomar la decisión sea más fácil.

Ten en cuenta sus preferencias

Parece obvio, pero con los campamentos pasa muchas veces como con las extraescolares. Pueden pesar más otros factores que los propios deseos de los peques: experiencias positivas de los padres que quieren trasladar a los niños, puntos flacos que queremos reforzar… Pero hay que tener en cuenta que estamos en vacaciones, los niños ya han tenido todo el año para deberes y responsabilidades. Si quieren ir a un campamento de baile simplemente porque les apetece probar o porque va un amigo, ¿por qué no respetar su decisión?

La oferta de campamentos de verano es prácticamente infinita: de deportes, de ciencia, artísticos, en la naturaleza, de música… Tan interesante puede ser que vaya a un intensivo de su actividad favorita como que descubra un interés completamente nuevo.

Pregunta, pregunta y pregunta otra vez

¿Cuántos monitores hay por niño?, ¿el menú es de catering o lo preparan ahí mismo?, ¿cuántos niños hay por turno?, ¿cómo voy a comunicarme con mi hijo?, ¿mezclan a niños de diferentes edades en las actividades?, ¿qué pasa si mi hijo se pone malo?

No te cortes, las mil y una preguntas que te puedan surgir y la disposición de la empresa organizadora para darte información y confianza son claves a la hora de tomar una decisión. Incluso, algunos centros hacen jornadas de puertas abiertas para que las familias conozcan las instalaciones y resuelvan dudas, lo cual siempre es interesante si no queda muy lejos de casa.

¿Cuál es la edad adecuada?

Los niños pueden ir a campamentos urbanos o de medio día desde los tres años, sobre todo como herramienta de conciliación familiar. Suelen organizarse en horario de mañana en colegios, piscinas municipales, centros de ocio y deportivos, etc. Los peques participan en actividades educativas y recreativas y después regresan a casa para comer.

Las colonias son campamentos en los que los niños duermen fuera de casa. Normalmente, tienen una duración de una semana, aunque se puede ampliar la estancia. Este tipo de campamentos suele acoger niños a partir de 7 años, aunque la edad en la que la mayoría de los niños manifiestan interés por ir suele ser a los 8-9 años.

Tamaño del campamento

Pregunta cuántos niños habrá en el campamento en cada turno. Tal vez a los niños que se acercan a la adolescencia les guste que haya un ambiente multitudinario, pero a los más pequeños, sobre todo si es la primera vez que duermen fuera de casa, les gustará un espacio más tranquilo y familiar.

También es interesante saber cómo se organizan las actividades, si los participantes se dividen en grupos que permanecen juntos durante todo el día, o bien van cambiando de grupo y de monitores en diferentes momentos del día. Tu hijo puede adaptarse mejor a un estilo o a otro y también dependerá mucho de si va solo o acompañado.

No sólo mires el precio

Dada la enorme oferta de campamentos de verano, sorprende la disparidad de precios que puedes llegar a encontrar. Por ejemplo, un “campamento de una semana en la naturaleza” puede llegar a costar hasta el doble según el sitio elegido. La clave está en los detalles. Consulta el tipo de alojamiento, el menú o el programa de actividades.

Si tu hijo va a estar realizando actividades en la naturaleza como barranquismo o kayak, eso va a requerir la contratación de equipamiento y monitores especializados. Si el campamento es de inglés, que los monitores sean nativos también incrementará el coste del mismo; esos son los detalles que hacen la diferencia.

Niños con alergias o patologías

Si tu hijo tiene algún tipo de alergia, intolerancia o celiaquía, tienen que informarnos de cuál es el protocolo en estos casos, así como qué procedimientos tienen en caso de una emergencia médica.

¿Tienes experiencia mandando a tu hijo a campamentos? Cuéntanos en comentarios cuáles son los detalles imprescindibles que no debemos olvidar preguntar